Limpieza exhaustiva: Eliminamos la suciedad, el polvo y los desechos acumulados en el filtro de aire, las bobinas y otras partes importantes del sistema. Esto ayuda a mejorar la calidad del aire y evita obstrucciones que puedan afectar el rendimiento.
Verificación de componentes: Inspeccionamos y evaluamos cada componente del aire acondicionado, incluyendo las correas, los ventiladores, los compresores y los sensores. De esta manera, podemos identificar cualquier desgaste o posible falla antes de que se convierta en un problema mayor.
Nivel de refrigerante: Verificamos los niveles de refrigerante y, si es necesario, realizamos recargas para asegurarnos de que el sistema funcione correctamente y con la máxima eficiencia.
Calibración del termostato: Verificamos y ajustamos la configuración del termostato para garantizar una temperatura precisa y consistente en todo momento.
Prueba de funcionamiento: Realizamos pruebas exhaustivas del sistema para asegurarnos de que esté funcionando de manera óptima y cumpla con los estándares de rendimiento.